Por Franklin D López, former United Press International and The Associated Press news- writer

No. No se trata del ‘agapito’ de Alejandro García Padilla. Esta es la historia de Agapito Rivera, un humilde agricultor que dedicó más de 50 años a defender y apoyar al “bate” Luis Muñoz Marin y a la ideología inexistente del “estado libre asociado.”Era un seguidor fiel de Muñoz Marin desde que comenzó a fundar al Partido Popular en una reunión en Naranjito a fine de la década de los treinta.

Le gustaba darse unos “juanetazos o trancazos de Palo Viejo en el Cafetín “El Gallo de Oro”. Agapito era un agricultor por herencia. Su padre seguidor de Luis Muñoz Rivera le habia legado una 30 cuerdas en el barrio Cedro Abajo de Naranjito. Agapito era toda una celebridad en su barrio. Allí bajo un bohío mirando hacia el Océano Atlántico acompañado de un litro de Palo Bviejo juegaba dominó con su líder, que religiosamente cuando estaba en los alrededores de su barrio, detenia su escolta para echar “unas manitas de dominó” con su querido amigo Agapito. Cuando el bate estaba a punto de llegar llamaba a sus hijos y los ubicadba en fila militar y le daban la bienvenida con un cántico de “Arriba la pava arriba el Pavín arriba el bigote de Muñoz Marin.”

Su vida laboral era su finca, dónde sembraba plátanos, yautías, yuca, batata, gandules, aguacate y otros productos menores.

Un día en una de las última visita del “Bate” quién habia regresado de su auto exilio en un barrio de Roma, la capital de Italia.

Muñoz habia regresado para tratar de salvar la elección del Senado de Sabana Grande, Luis Negrón López del desmadre que hicieron Roberto Sánchez Vilella y su guapísima ayudante Jannete Ramos Buonomo, con la compra de la franquicia del Partido del Pueblo. Ese día el bate buscaba aire puto de la cordillera Central. Respiraba con cierta dificultad y buscaba refugio con su amigo en la altura de Naranjito. El bate vestia una camisa de cuadros azules y blanco, un pantalón oscuro que le quedaba grande. Llegó al bohío y luego de darle un fuerte abrazo le dijo a Agapito “gracias por tu lealtad y apoyo.” Agapito le contestó “ Don Luis Usted sabe que gracias a Usted pude enviar a mis hijos a la escuela, construir mi humilde casa bajo el programa “de Ayuda propia y hasta tener un par de zapatos” Se sentaron y en la segunda ronda de juego de dominó apareció Herminia la esposa de Agapito con un bandeja llena de yuca hervida, yautía, pana y chicharrones de cerdo frito. Mientras comian las delicias de la cocina de Herminia, Agapito le preguntó a Muñoz Marin :” Don Luis le agradezco que haya venido al barrio . He estado escuchando la radio duarante un largo tiempo y escuchando a los analistas y periodistas hablando sobre el estado libre asociado estoy muy confundido y no entiendo. Usted nos enseñó que el ela estaba fundamentado bajo los cimientos de común moneda, común defensa, común ciudadanía, común mercado. Y ahora dicen en la radio que eso no es así podría usted iluminarnos y decirnos la “verdad” del ELA?’

Muñoz comenzó a explicar según el libreto de una grabacion fílmica que habia hecho en WIPR que dice asi:

“Agapito búscame un lápiz y un pedazo de papel. Y comenzó su narración y explicación. https://youtu.be/7FM17zsD_EM

Agapito escuchaba la narrativa del Bate en un estado catatónico y de embrujo y hechizo . Muñoz al terminar le dió otro abrazo a Agapito y le dijo me tengo que ir por que si no Inés me coje por las orejas que bastante grande que las tengo… y partió hacia Barranquitas.

Esa noche Agapito se quedó pensando y le dijo a Herminia “tengo que dar una vuelta regreso enseguida. Se fúe a un parte de su platanar miró al cielo estrellado y le dijo a Dios “ Señor la mayoría de mis hijos se han ido hacia Nueva York y la Florida. Herminia y yo ya estamos para enganchar los guante y retirarnos. Yo nunca te he pedido nada. Por favor concédeme un deseo”.

De repente llegó una brisa fresca del Atlánticoy se escuchó una voz que decía “ Agapito es verdad tu nunca me has pedido nada. Te concedo un deseo.” Agapito respiro hondo y le dijo “por favor construyeme un puente desde Naranjito hasta Miami, para sí poder ver a mis hijos con más frecuencia”

Dios se sorprendió y hasta un trueno sonó, sorprendido del pedido del agricultor. Entonces Dios, medio confundido, le respondió “Agapito lo que me pide es un tanto difícil por las profundidades del Atlántico. Pídeme otro deseo.

Agapito le dice, “Pues estoy un confundido con con la explicación que Muñoz Marín me dió del estado libre asociado. Podrias explicarmelo? As eso Dios le dice a Agapito “Mira dime de cuantos carriles quiere el puente? De dos o cuatro”. Las nubes en el cielo cerraron la apertura del cielo estrellado de la noche Borincana y Agapito caminó atónito hacia su casa para tratar de dormir.